MULTICULTURALISMO
· La Crisis del multiculturalismo. Debate en torno a los valores de una sociedad multiétnica'
En la década de los ochenta se hizo un intento por crear un modelo de sociedad multirracial, pero como consecuencia del aumento de la población inmigrante (sobre todo procedente del tercer mundo), este modelo no parece tener fin. Esto es reciente en nuestro país y necesario que se analice en profundidad porque esta situación provoca un fuerte impacto en España, y también para la aplicación de políticas de integración social de estos inmigrantes.
El modelo de sociedad estadounidense construido hasta ahora sobre el mito sagrado de la inmigración como fuente de riqueza se tambalea y muchos de los principios que la sostiene también. En la actual USA es cada vez más evidente que cada grupo étnico propicie la segregación y el distanciamiento de otras comunidades, los anhelos de integración se han perdido y hoy es más importante alzar la identidad étnica.
Pedro Enrique Pradonorte, autor del presente artículo, ejemplifica la situación que se vive en EE. UU, con el trabajo que publicó el periodista Bloom sobre el pueblo de Postville.
“Postville, una pequeña población de este Estado en la que convive una importante comunidad judía ultraortodoxa y la originaria, curiosamente de origen alemán. Sociedad rural, alrededor de mil almas, donde los vecinos se conocían desde siempre y como dice Bloom no hacía falta poner el intermitente del vehículo pues el que iba detrás sabía a dónde giraría el vecino.
En 1987 la situación comenzó a cambiar bruscamente. Un grupo de judíos de la sexta chassida, seguidores de la ortodoxia del Talmud, abandonó Nueva York en busca de un lugar donde asentar a su comunidad y llegaron a Postville. Vestidos con sus abrigos negros y sombreros de alas anchas, tirabuzones y largas barbas; con sus mujeres, siempre detrás unos pasos llevando a la prole, ningún judío de esta sexta tiene menos de diez hijos. Compraron numerosas propiedades inmobiliarias, a precios de saldo comparados con la urbe, y abrieron una gran fábrica de productos kosher para la exportación.
Al principio la situación agradó a los habitantes de Postville, pues el pueblo comenzaba a tener vida de nuevo, el comercio de las tiendas y el precio de los inmuebles se elevaron trayendo una pasajera prosperidad. Sin embargo el número de los recién llegados fue creciendo, hasta suponer el 30% de la población, y se negaban a integrarse. Trajeron numerosos inmigrantes extranjeros que no hablaban ni si quiera inglés para trabajar, muchos ilegalmente, en la factoría con salarios bajos y un trato que era inaceptable para los habitantes del pueblo. Las peleas y altercados provocados por el alcohol y la criminalidad de estos trabajadores de bajo nivel, muchos procedentes de Rusia y los países bálticos ex soviéticos, tampoco contribuyó a la convivencia.
La particular cultura judía de esta sexta se manifestaba en una absoluta indiferencia hacia los asuntos de la comunidad y un desprecio por las normas de convivencia así como otros que eran importantes para los ciudadanos como la educación y cultura. Bloom, en su cualidad de judío, puede criticar abiertamente estas actitudes de la comunidad judía de Postville sin el riesgo de ser tachado de antisemita, y les acusa de ser en parte responsables de la situación.
La colisión entre ambos grupos judíos y blancos, no ha llegado a extremos violentos como los producidos en Nueva York entre judíos y negros, o en california entre negros y asiáticos, pero se palpa la distancia y la intolerancia en el ambiente. Como confiesan los vecinos, el espíritu de colaboración y amistad que había impregnado en Postville hasta entonces se ha quebrado, antes, si se quemaba una granja todo el pueblo se aprestaba a colaborar en su reconstrucción, ahora, si fuera pasto de las llamas la de un judío es posible, relata Bloom, puede que incluso los bomberos se lo pensaran antes de ir con prisas.”
Bauman, en la misma línea, defiende que el modelo de sociedad actual choca con las políticas de integración. Como su propia palabra indica, estas políticas luchan por una sociedad multirracial, pero en la actualidad cada comunidad defiende su propia identidad cultural y étnica, habiéndose perdido, anteriormente señalada, la integración.
La única alternativa propuesta para convencer a las comunidades inmigrantes de la necesidad de integrarse, la del multiculturalismo, basada en su desarrollo paralelo ha fracasado también.
En España ocurre lo mismo hoy día, los inmigrantes mismos se fuerzan por ser distintos a los españoles, y para ello se cierran en sus propias comunidades étnicas, reforzando la sensación de extranjero que tienen tanto ellos como los españoles. Es necesario plantear soluciones, porque las consecuencias son tan fuertes y perjudiciales tanto para la sociedad española como para los inmigrantes.
· La adaptación del currículo escolar a la diversidad cultural'
- Modelos de aculturación:
o La aculturación es el “fenómeno resultado del contacto entre grupos o individuos procedentes de diferentes culturas, dándose cambios en el modelo de cultura original de uno o ambos grupos”.
o Existen dos modelos de aculturación:
Modelo Unidimensional de aculturación.
· Los sujetos foráneos pierden su identidad cultural original conforme viven en una nueva sociedad.
Este modelo es el que ha dominado durante muchos años, pero ya no tiene validez porque unas culturas van adquiriendo las creencias, los ritos, las costumbres, etc., de otras.
Modelo Bidireccional de aculturación.
· Considera que es posible que el sujeto pudiera identificarse con la nueva cultura sin perder su cultura original. El resultado final consiste en la inmersión de ambas culturas que estará definido por cuatro estrategias de aculturación:
- Integración': los inmigrantes comparten una identidad común con la sociedad receptora, pero mantienen la suya propia.
- Separación: la preocupación por el mantenimiento de la propia cultura hace rechazar el contacto con la cultura dominante.
- Asimilación: el grupo no dominante no quiere mantener su cultura y prefiere adoptar la de la sociedad receptora.
- Marginalización: los inmigrantes no se identifican ni con el grupo cultural de origen, ni con la cultura de la sociedad dominante.
o En 1974 aparece una 3ª dimensión “la influencia del papel jugado por el grupo dominante en el modo en el cual la aculturación tiene lugar”. Las estrategias desarrolladas son:
Multiculturalismo: requiere una mutua acomodación por parte de ambos grupos.
Segregación: ocurre cuando el grupo dominante quiere mantener su cultura y no quiere relacionarse con otros grupos culturales.
Meeting Pot o Pressure Cooker: asimilación forzada de la cultura inmigrante.
Exclusión: no están de acuerdo en que los inmigrantes mantengan su cultura propia, pero tampoco quieren que adopten el de la sociedad receptora.
- La adaptación del currículo escolar a la diversidad cultural:
o Los problemas de adaptación aparecen en la adolescencia, ya sean para personas nativas o inmigrantes, aunque éstos últimos están influenciados por la variedad de estructuras culturales en las que ellos crecen.
o Las relaciones interpersonales entre diferentes grupos culturales son más exitosos si cada uno mantiene su identidad.
o La mayoría de las veces, los centros educativos representan e introducen la identidad de la cultura nacional. Y la de las culturas minoritarias solo se realizan algunas actividades puntuales.
o Los centros deben de ser conscientes de la diferencia de valores y poseer estrategias conductuales que les permita llevar a cabo una convivencia pacífica.
o Existen dos perspectivas sobre la socialización de los jóvenes inmigrantes:
§ La escuela tiene como objetivo la socialización de los estudiantes con cultura nacional.
§ La escuela funciona como representante de una cultura predominante global y no de una cultura nacional.
o Aparecen un nuevo concepto: “re-socialización”. Esto se da cuando por ejemplo un individuo se traslada desde una sociedad cultural a otra, donde son necesarias nuevas habilidades para afrontar las demandas de la sociedad receptora.
o Enculturación: es el proceso por el cual el individuo llega a ser habilidoso en el uso de herramientas que le permiten el aprendizaje de comportamientos, conocimientos y valores que son parte de la cultura del grupo del individuo.
o Aculturación y enculturación no son procesos que van por caminos distintos sino que están relacionados.
o Cuando menor sea la diferencia entre la sociedad receptora y emisora, el proceso de aculturación será más suave y conflictivo.
- La interculturalidad como base de las relaciones interpersonales:
o Interculturalidad: proceso por el cual los individuos y grupos interactúan cuando se identifican a sí mismos como culturalmente distintos.
o Si un alumno inmigrante posee buenas relaciones con sus iguales nacionales, esto le ayudará a aliviar el shock cultural y a mejorar su adaptación social, personal y académica.
o Si un alumno nacional tiene buena relación con un alumno inmigrante, esto le llevará a tener una mayor apertura mental, un mayor desarrollo de la empatía y el enriquecimiento necesario para la adaptación a la globalización continua a la que venimos asistiendo.
· La educación intercultural en la sociedad multicultural'
La institución escolar se enfrenta al reto de responder a la multiculturalidad. En España esa multiculturalidad surge de las migraciones interiores y exteriores y del reconocimiento de la minoría gitana. La multiculturalidad es un hecho, pero el multiculturalismo es el esfuerzo por comprender al otro y por tomar la mejor de él.
A pesar de que el poder político es el que puede crear la cultura, no hay un mecanismo tan poderoso, a estos efectos, como la institución escolar, que ha sido el gran medio de nacionalización, o lo que es lo mismo, la asimilación.
Las raíces de la multiculturalidad.
Las minorías existentes nunca han llegado a llegado a ser una nación, pese a poseer una lengua propia más o menos extendida y una historia común, porque siempre faltaba lo más importante, el poder político.
Por lo tanto estas minorías siempre quedaban al margen de la construcción nacional, y la segregación de estas minorías, es lo que da lugar al problema de la exclusión.
El proyecto inicial del inmigrante es casi siempre ganar y ahorrar dinero para instalarse por cuenta propia en el país de origen. Pero hay un proceso decisivo que digamos, interviene en ese proceso, y son los hijos. Esta segunda generación, que ya se encuentra más inserto en la sociedad de acogida, en la cultura, en la escuela, se convierte en la principal oposición al retorno. Así pasan de ser inmigrantes, a ser minoría.
La perplejidad de la escuela.
En todo esto se ha puesto en cuestión la relación entre las distintas culturas dentro de una única comunidad. Y es ahí donde aparecen los términos pluralismo, multiculturalismo e interculturalismo. La escuela parece que está poco dispuesta a esto, es una máquina de crear iguales, mismo lenguaje, mismas creencias, mismos valores, etc.
La escuela ha fomentado la aculturación, es decir, imponer su cultura escolar por encima de otra, y esto evidentemente significa imponer la cultura de los grupos dominantes.
La institución escolar se cree tolerante, pero realmente no lo es, no hacen ese esfuerzo por comprender la situación, esto es más teoría que práctica.
El reconocimiento y el respeto se hacen necesarios para la interculturalidad dentro de las aulas. Implica que la cultura es un elemento constitutivo de la identidad de los individuos y por tanto debe ser respetado. El multiculturalismo pasaría a ser entendido como una afirmación del su valor, dando lugar al relativismo cultural.
De la multiculturalidad al interculturalismo.
Hay que entender que toda cultura es un conjunto de relaciones de poder. El respeto hacia las otras culturas no puede consistir en petrificarlas, en dejarlas inmóviles, las culturas cambian y no pueden dejar de hacerlo, sobre todo cuando se relacionan con otras culturas, aunque esto a veces tenga efectos corrosivos.
Son las comunidades políticas, no las culturas en sí, las que tienen derecho a imponer ciertas reglas, ya que ellas mismas son la fuente de energía y la garantía de todo derecho individual y colectivo, pero ojo, sólo las reglas necesarias para el mantenimiento de la convivencia y el cumplimiento de los derechos.
A parte de esto, la evolución de cada cultura debe ser autónoma, pero en permanente contacto e intercambio con las demás culturas, así evolucionarán tanto las minoritarias como las mayoritarias. Admitir esa infiltración entre ellas, su posible cambio, sus conflictos internos, eso es el multiculturalismo.
En educación hay términos que aún hoy por hoy no están bien definidos, como tolerancia, respeto, reconocimiento, multicultural, plurinacional, multiétnico, diversidad, pluralismo, etc. y muchos más.
Se define el multiculturalismo como aquel reconocimiento de la existencia, el valor y la autonomía de las distintas culturas existentes. El interculturalismo significaría comprender que son sistemas en proceso de cambio, por su dinámica interna, evolución y conflicto, como externa, imitación y competencia.
Desafíos para a organización y para la profesión.
Se necesita una forma más amplia y menos dogmática, menos doctrinal de profesorado, unas orientaciones curriculares más atentas a la naturaleza cambiante de la sociedad, unas relaciones más fluidas y útiles entre las autoridades públicas y las minorías, etc.
Los mecanismos de ajuste deben de estar en los centros y en los profesionales de la enseñanza. Y son fundamentalmente tres: la flexibilidad interna, la apertura externa y la responsabilidad profesional.
Flexibilidad interna: recordar que la organización escolar o es la mejor organización, sino, simplemente una más. Cuando llegan otros grupos sociales resulta obligado relativizar los modelos asumidos, distanciarse de las rutinas e imaginar y experimentar nuevas fórmulas, por ejemplo de inmersión lingüística intensiva, adaptaciones curriculares para quien vaya a abandonar la escuela, concentración de horas del profesorado dirigido a las minorías, etc.
Apertura al entorno: partir del reconocimiento de que el centro educativo, por sí mismo, no puede asegurar la integración de los alumnos de otras culturas, ni el mantenimiento de los vínculos con su cultura de origen, ni la convivencia con la cultura mayoritaria. Aquí son necesarias actuaciones dirigidas a las familias de los alumnos de las minorías, la búsqueda y colaboración con mediadores culturales, familiarizados con la cultura de origen y la de destino, etc.
Responsabilidad profesional: supone ser consciente de que el respeto a las otras culturas, la educación intercultural, la integración de las minorías, etc. no es una responsabilidad de los otros, sino propia. No hay que esperar soluciones por parte de las administraciones públicas o recetas mágicas que mejoren la situación, pero seamos realistas ¿qué maestro se sienta en su horas no lectivas y se lee un libro sobre cultura gitana o la religión musulmana? Es verdad, esperar una respuesta de las administraciones públicas es mucho más fácil...
Un ejemplo de la necesidad de una educación intercultural:
Llega a un centro un chico rumano que no entiende nada de español ni inglés, y la profesora se dedica a decirle al niño todo lo que tiene hacer, los deberes, etc., la actitud del niño es mover la cabeza de arriba abajo, en plan asintiendo. Al cabo unos días se dan cuentan de que el niño no hace nada, ni evoluciona, ni nada. A una de las profesoras les da por investigar un poco la cultura rumana y descubre que el movimiento de asentir la cabeza, en Rumanía significa que no, y el movimiento de negación en nuestra país, en el suyo significa que sí.
En otro centro, la profesora llama a la familia de una niño chino, porque éste no rinde en clase, no participa, ni nada. Para entenderse hay una traductora que es china y habla español. La profesora le pregunta si el niño trabaja y hace las cosas en casa. La traductora se lo dice tal cual, y la respuesta de los padres fue levantarse indignados y decir que iban a denunciar al centro. La profesora le pregunta a la traductora que qué ha pasado, y ésta le dice que es normal que se sientan así. Resulta que los padres entendieron que les habían preguntado si hacían trabajar al niño, en plan en la tienda, explotado o algo así, en vez de trabajar los deberes y ejercicios que le mandaban. Bueno, ¿cómo terminó esto? Pues como perjudicado el niño, que a las 3 semanas lo desescolarizaron.
Moraleja: está visto que no sólo es aceptar las culturas, hay una necesidad de entenderlas y comprenderlas, lo que hablábamos de relativismo cultural.
ACTITUDES LINGÜÍSTICAS
· Metodología para el estudio de las actitudes lingüísticas
El estudio de las actitudes sociolingüísticas constituye uno de los aspectos más interesantes en los modernos análisis sociolingüísticos.
ACTITUDES: La actitud es la forma de actuar de una persona, el comportamiento que emplea un individuo para hacer las cosas.
Dentro de lo que se considera actitudes podemos desglosar diferentes conceptos:
- Conciencia Lingüística: la disposición sobre el propio sistema, sobre otros o sobre la particular relación que se establece entre diferentes lenguas, también se apuntan a cuestiones de prestigio, nociones socioculturales, económicas e incluso políticas que trascienden al sistema y que afectan a quienes lo usan, propios o extraños.
- Actitudes lingüísticas: con lo que respecta a los enfoques teóricos, han coexistido dos aportaciones a su estudio:
1. Conductista: el análisis se efectúa a partir de las opiniones de los individuos acerca de las lenguas. Permite la observación directa, la experimentación empírica, ya que las actitudes no son introspectivas.
2. Mentalista: la actitud se considera un estado mental interior, esto es, la variable que interviene entre un estimulo que recibe el individuo y su respuesta frente a él. No permite la observación directa, ya que la actitud se conceptualiza como un estado mental, como una introspección.
A todos nos duele nuestra lengua.
Síntesis artículo: A todos nos duele nuestra lengua. Ángel López García-Molins (Catedrático de Teoría de los Lenguajes de la Universitat de València.)
La cuestión lingüística en España no va bien. Va tan mal que ha llegado a poner en cuestión la existencia misma del país en una sucesión de acciones y reacciones, en las que las culpas se hallan bastante repartidas.
Es una suprema irresponsabilidad política: se quiera o no, casi no existe ningún ciudadano español que esté contento con el trato que le están dando actualmente a su lengua. Si esto se aplicase a su cuenta corriente, a su familia o a su lugar de residencia, estaríamos en las puertas de una revolución. Y, sin embargo, la lengua nos constituye sentimental y humanamente mucho más que aquellos factores.
Lo que a los ciudadanos les duele en cada caso no es la lengua por antonomasia, de aquí o de allá, es su lengua.
En España, el 40% de la población vive en comunidades bilingües, de forma que a una mayoría le duele el español, pero a una minoría muy relevante le duele el catalán/valenciano, el gallego o el vasco.
Es evidente que existen ciudadanos de las comunidades bilingües que se sienten vejados por lo que denuncian como excesos de la aplicación de las leyes de normalización lingüística, lo cual encorajina a muchos habitantes de las monolingües. Al igual que, existen ciudadanos de las comunidades bilingües que sienten que en España no dejan de estar de visita, ya que sólo se reconocen sus lenguas en el ámbito regional y además recientemente.
No sé sabe a que conduce mirar para otro lado y hacer de avestruz en este tema tan delicado. Si queremos seguir viviendo juntos, porque nos interesa mutuamente, habrá que resolver esta contradicción alguna vez. Se necesita replantear radicalmente la cuestión lingüística.
Este asunto está muy politizado, y tanto unos como otros no han hecho más que tensar la cuerda en beneficio propio. Pero ante todo lo más importantes es cambiar la actitud de los ciudadanos y que sólo cuando haya cambiado será posible plantear medidas efectivas concretas porque ellos mismos las habrán demandado.
En este momento lo que predomina es una actitud avasalladora que impone en cada caso la lengua dominante con exclusión de las demás. De un lado está la idea de que el español es la única lengua del país, “lengua nacional”, siendo así que no sólo no es el idioma materno de muchas personas, a las que habría que agradecer permanentemente su esfuerzo al usarlo, sino que, además, el catalán/valenciano, el gallego y el vasco han sido igualmente lenguas generales de España desde hace muchos siglos. De otro lado está la idea de que estos tres idiomas, “lenguas propias”, sólo podrán sobrevivir si sus defensores calcan miméticamente la ignorancia y el menosprecio del otro que han caracterizado a los que sólo están interesados en la defensa del español.
Resumiendo; a lo que se aspira, como mal menor es a que las lenguas coexistan, pero sin propiciar su convivencia, es decir, su vivencia compartida. Es lo que en el antiguo régimen se preconizaba para las clases sociales y para los sexos: coexistencia inevitable, si, convivencia fecunda, no. Mas si algo caracteriza a nuestra época es la superación de estas desigualdades: la de clase, la de sexo, la de religión… todas, menos la de lengua. Y esto constituye una tragedia, y no sólo hoy, en España viene siendo así desde el siglo XVIII.
Las medidas legales efectivas son las que consolidan un estado de opinión mayoritario, nunca las que aspiran a crearlo de la nada. Antes de legislar hay que ganar la batalla de la opinión y de las actitudes.
El tiempo apremia: la herida sigue abierta; y las posibilidades de que se gangrene crecen día en día. Necesitamos cauterizarla con un gran pacto de Estado: nos va en ello la paz social.
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